Todo surgió del análisis de un mercado en rápida evolución y del deseo de hacer una contribución importante a un sector inmobiliario estático.
El análisis de las propiedades en proceso mostraba la imagen de un país en grandes apuros, y de ahí el deseo de AGL de tomar medidas decisivas.
El aspecto ético permite a la empresa y a sus inversores ayudar a las personas que ahora sufren con los bancos. La empresa se encuentra así, por una parte, ayudando a familias en dificultades y, por otra, despertando de nuevo un mercado paralizado y creando ingresos con la posibilidad de seguir creyendo en las inversiones inmobiliarias. Un enfoque que mantiene la integridad en un sector específico y delicado.
AGL combina a la perfección el factor tecnológico con el humano, en una mezcla de competencias y valores capaz de hacer crecer a la empresa y a sus afiliados.